De Arica a Coyhaique: La historia de dos clubes de judo marcados a fuego por Carabineros
«Carabineros de Arica» y «Marcelo Eastman» de Coyhaique son dos instituciones que están viviendo su mes de aniversario y que están sobrellevando de distintas formas el coronavirus Están separados por más de 3.700 kilómetros. Uno en Arica, en el extremo norte de Chile, y el otro en Coyhaique, casi cerrando el territorio nacional. Pero hay muchas cosas que los une. Lo primero, el amor por el judo. Son los clubes Carabineros de Arica y Marcelo Eastman de Coyhaique, que además tienen otra similitud: La importancia de la institución de Carabineros en su fundación. «Yo lo formé en 1981 porque acá en la zona norte se participaba en las inter Fuerzas Armadas, acá habían hartos regimientos, y yo era profesor en el grupo de formación policial de Carabineros de Arica», cuenta Humberto Tapia, quien a sus 74 años es el fundador y sensei del club. Llegó al rango de suboficial en la institución y en su pasión, el judo, hoy es cinturón rojo blanco sexto Dan. Además, es árbitro continental y ha estado sietes veces a cargo de la selección nacional juvenil. Según el sensei Tapia, en sus inicios el club estaba formado solo por funcionarios policiales. Luego se amplió a los familiares y hoy ya es abierto a todo público, con 50 alumnos. De hecho, hasta hace un tiempo solo habían dos uniformados. Hoy el club, al igual que todo Chile, ha debido adecuarse a las medidas de prevención por el coronavirus. «Por eso yo facilité 30 tatamis a mis alumnos para que entrenen en sus casas. Así, nos comunicamos por video y por llamadas telefónicas. La idea es no perder el ritmo, me conviene que todos estén bien», relata el sensei. Y claro, una de las consecuencias de covid-19 fue que privó al club a organizar su y tradicional «Campeonato Internacional Carabineros de Arica». En la cita iban a participar representantes de Tacna, Arequipa, Cuzco, Moquegua y Puno por Perú, más los de Arica, Antofagasta e Iquique por Chile. Esperan realizarlo a fin de año, por lo que el entrenamiento debe seguir. Al otro extremo del país la ligazón con Carabineros es igual de fuerte. De hecho, el club Marcelo Eastman se llama así en homenaje a un funcionario policial. «Marcelo era carabinero y uno de los buenos competidores que había acá en la zona. Un día, viajando en un bus, intentó de impedir un asalto. No se dio cuenta y un tipo le disparó por la espalda. Desde ahí que es un mártir de la institución. Cuando formé el club pensaba ponerle ‘Patagonia’, pero un alumno me dice que por qué en honor a él no le ponemos Marcelo Eastman. Y así fue», recuerda Reynaldo Figueroa, sensei del club. Están próximos a cumplir 13 años y Figueroa dice sin dudar que son «uno de los mejores clubes de Chile. Tenemos al campeón nacional de 66 kilos, Sebastián Pérez, y a varios otros chicos destacados». Aysén es la única región del país que al día de hoy tiene menos de 10 casos de contagiados por coronavirus y ninguna víctima fatal. Por eso la actividad no ha parado. «Seguimos entrenando en el gimnasio. Pero claro, nada de actividades de contacto. Hacemos pesas, sentadillas, tomamos todas las medidas de distancia sí», narra Figueroa. Son las realidades de dos clubes separados por todo un territorio nacional, pero que comparten más que la pasión por el judo. Carolina Garrido, presidenta de la Federación Deportiva de Judo de Chile, destaca que «la historia del Judo de Chile se ha ido forjando en nuestras tierras por más de 65 años. Apasionados deportistas y competidores, generosos Senseís en la entrega de sus conocimientos, tiempo y dedicación; comprometidos dirigentes, familias incondicionales en apoyo del judo nacional; en resumen, de muchas y grandes personas en tantos años». Agrega que «sin planificar, el origen de nuestros dos prodigiosos clubes nacionales de ciudades tan extremas, Carabineros de Arica y Marcelo Eastman de Coyhaique, encuentran sus inicios en el homenaje a una institución, Carabineros de Chile, que ha aportado siempre destacados judocas reconocidos a nivel nacional y quienes nos han representado con excelencia, en distintos eventos deportivos internacionales. El saber las historias de cada uno de nuestros clubes, nos dará un mayor conocimiento, apego y sentido de este magnífico deporte que tanto nos ha entregado y nos entrega a nuestras vidas». Y cierra con que «nuestro deporte tiene mucho que decir al respecto. Necesario es reconstruir entre todos los orígenes, la pertenencia, el relato deportivo, humano, el necesario RECONOCIMIENTO a quienes han entregado gran parte de sus vidas al desarrollo de nuestra hermosa disciplina, por tantos y tantos años».
