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Mary dee Vargas regresó la semana pasada a Chile tras la suspensión de los torneos en Europa. Sobre la polémica de Francisca Crovetto, señala que «hay una falla en el sistema, no en la deportista».

El pasado miércoles 11 de marzo la judoka chilena Mary Dee Vargas regresó al país tras la cancelación del Grand Prix Prix de Marruecos y el Grand Slam de Rusia. 

Estas dos citas eran muy importantes para la nacional en su sueño de seguir sumando puntos para ratificar su clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio. Hoy, marcha 35 en el ranking y consiguiendo los boletos por la cuota continental.

«Los Juegos Olímpicos son un espectáculo, pero también una instancia muy bonita a nivel mundial. Debe tratar de hacerse el máximo esfuerzo posible por cursarlo. Hacer los JJ.OO. va a ser en condiciones excepcionales, sin dudas, por lo que entiendo se pueden realizar hasta diciembre de este año, por lo tanto hay un periodo para postergarlos, es lo más indicado, pero eliminarlos sería muy triste, obvio por un objetivo personal, pero son un hito a nivel mundial y no debieran cancelarse y mostrar el lado bonito que tiene el ser humano de levantarse. Espero que a la fecha esté todo mucho más controlado», cuenta la nacional.

Cuando arribó a Chile, Francia aún no estaba dentro de los países en riesgo y que los pasajeros debían pasar a cuarentena. Por eso ella siguió haciendo su vida normal. «No se veía venir tan rápido, por ende no le di tanta preocupación o importancia que debió haber tenido e hice mi vida normal por dos días, pero luego me di cuenta que era necesario mantener una cuarentena. eso fue decisión propia e inducida porque el COCh y el programa CAR nos negaron la entrada a entrenamientos a todos los deportistas que habíamos estado en el extranjero, sin excepción de dónde estábamos. Me percaté que debía estar en cuarentena lo más rápido y severo posible».

Y así está hoy, en su casa hasta el 25 de marzo. Dice que ha aprovechado el tiempo, ya que «siempre invento algo que hacer. Ha sido una buena forma de descanso, llegué muy cansada, no física, sino que psicológicamente. Ha sido bueno descansar y abarcar otras situaciones como cursar clases de manera normal, online como todos mis compañeros. No he abandonado la actividad física, hago circuitos, actividades para mantenerme activa y con el foco claro. Para mí va bien, es una manera de resguardo necesario, nadie se va a morir por no salir una semana. Y hay varias actividades que no son indispensables».

Tampoco se queda al margen de la polémica que envolvió a la tiradora skeet Francisca Crovetto, quien protagonizó un escándalo con el ministro de Salud, Jaime Mañalich. Para Vargas, la culpa no es de la deportista.

«En Chile cuando yo ingresé no existía una comunicación entre las personas que recibían los datos de los que ingresaban, el formulario, una conexión con el sistema de salud que nos atiende luego de que manifestemos que puede estar contagiado. Es una falla en el sistema, ya que si realmente escribes un documento en donde certificas de dónde vienes, sobre todo en el caso de dónde venía ella o yo, que son países donde el virus está con un brote claramente en extremas condiciones, es importante que la hubieran retenido y exigido o al menos presentado las medidas que debía tomar inmediatamente y eso no se hizo. Independiente de la decisión que tomó ella de tomar la cuarentena, para una persona que no hubiera estado bien informado hubiera sido un grueso error, y no de la persona», asegura. 

Agrega que «estás colocando a un deportista, que no se le informó de la manera correcta, como enfrentar una situación. Y ella sabía que venía de un lugar critico y si en el aeropuerto nadie le dijo nada y la trataron igual que a cualquier otro pasajero de un país donde el virus no está expandido, hay una falla en el sistema, no es falla de la deportista. Como dice ella, hubiera estado la posibilidad de en cualquier momento o al salir del aeropuerto puede ir y tener contacto con otras personas y nadie te dirá nada».

Finalmente relata cómo fue vivir todo esto en el extranjero, lejos de casa y con el riesgo latente del coronavirus. 

«Era una gira programada para casi tres semanas y estuvimos solo una, pero se nos hizo eterno. Estuvimos en Marruecos y tuvimos que salir lo antes posible. De ahí fuimos a París pero todo lo relacionado con el judo estaba suspendido. Estaba muy complicado porque estaban a punto de declarar la Fase 4 allá, donde es muy difícil moverse vía avión. Era oportuno salir lo antes posible. Aún acá no se detectaba a Francia como uno de los países para estar en cuarentena, pero dos días después de mi llegada si se colocó el país en la lista y por ende sigo en cuarentena.